Compartiendo la experiencia docente.
En la docencia no hay que hacer lo que se quiere, sino querer lo que se hace.
Este es un espacio que permite comunicar las experiencias que como docentes se viven de forma cotidiana, dentro y fuera de la escuela. Ser maestro, es una gran responsabilidad y compromiso, porque las enseñanzas y acciones que se ofrecen quedan grabadas en la mente y el espíritu de los estudiantes, niños o jóvenes que pasan por nuestras manos.
Confrontación con la docencia.
La profesión que ejerzo con orgullo desde hace más de 40 años… es la docencia. Me interesé por esta carrera por la admiración y el respeto que despertó en mí la distinguida Profra. Tomasa Gatica Marroquín, quien con mucha paciencia y amor me enseñó a leer y escribir.
Ingresé a la Normal Básica por iniciativa personal, nadie en mi familia antes había sido maestro; desde siempre me sentí atraída por entender y amar a los niños, y así dar un poco de lo que me brindaron mis maestros, amor y comprensión.
Los primeros años de mi labor docente los realicé en la educación básica, me desempeñé en los niveles: primaria, secundaria y normal; poco tiempo después me ubiqué solamente en este último, que al paso de los años se convierte en escuela de nivel superior.
Considero que elegí la carrera ideal y adecuada para mí, porque ser maestra me ha brindado la oportunidad de sembrar la semilla del saber y el conocimiento en los niños, así como despertar su interés por aprender las cosas bellas de la vida.
Durante mi desempeño como docente en los diferentes niveles, he cosechado muchas satisfacciones, por mencionar algo: “ver la carita de sorpresa y emoción de un niño cuando se da cuenta que ya aprendió a leer”; “que un adolescente mejore su conducta y rectifique la relación con sus padres”; y en el nivel superior, “que los ex-alumnos te recuerden como alguien que contribuyó con un granito de arena en su formación inicial.
Trabajar en el nivel superior requiere, además del compromiso como docente, de una constante superación y actualización para responder con eficiencia a los requerimientos del joven estudiante.
lety ábrego. Ser maestra por vocación, como lo muestra tú escrito es un ejemplo para todos, por que te permite cumplir con amor y compromiso la responsabilidad de formar a los nuevos maestros que México tanto necesita.
ResponderEliminarHe leido su escrito, y la frase que mas me ha marcado es: En la docencia no hay que hacer lo que se quiere, sino querer lo que se hace, eso me dice que, esta profesion no es por tener un trabajo y ya, sino querer lo que se esta haciendo, y sobre todo querer un mejor futuro para nuestros alumnos
ResponderEliminarMaestra Lety, estoy de acuerdo con su comentario: Maestra por vocacion y conviccion agregaria yo..ya que necesitamos mejores personas en este pais, mejores mexicanos que hagan una revolucion; pero no de armas, sino de conocimientos, para mejorar la calidad de vida con valores humanos mas arraigados al ser humano.
ResponderEliminarLety Abrego.
ResponderEliminarEvelyn, nuestro compromiso ante nuestros alumnos es ese, formalos con valores, con respeto para nuestro par, porque solo así tendremos generaciones nuevas con una visión de vida mas propositiva y de respeto, coincido con tu opinión.